Romperé la regla que puse en mi blog y hoy escribiré de música y no de mis asuntos como artista que, francamente, no hay nada nuevo que decir al respecto.
Quiero escribir de Papalagi y no porque tenga algo importante que contar. Sólo tengo ganas de hablar de ellos y de escuchar sus temas antes de dormir.
El año pasado los vi en vivo en un pequeño festival en la Selva Negra que no se como se escribe pero, creo, lo pronuncio bien o muy gracioso ya que decirlo era parte de mis palabras-chistes en Alemania.
Lo que vi y escuché aquella noche de verano a 6 grados me gusto por lo profesional. Tan distinto a lo que hago en música.
Ellos son parte de un reloj cu-cu que tiene un mecanismo que va para adelante y para atrás, muy sincronizados y cuando menos piensas sale Thilo, el cantante, dando la hora.
Papalagi no es lo que normalmente escucho, es más, lo que escucho diariamente tiene aires menos pro pero reconozco esa exactitud que me es ajena e imposible de realizar y es por ello que reparo en su música ahora.
